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pone una pared.
Una persona orientada hacia el amor es alguien que no tiene miedo al futuro, alguien que no tiene
miedo de los resultados y las consecuencias, que vive aquí y ahora. No te preocupes por los resultados,
eso es la mente orientada hacia el miedo. Al hacer algo no pienses en lo que va a suceder. Estate presente
y actúa con totalidad. No calcules. Una persona orientada hacia el miedo siempre está calculando, planean-
do, componiendo, salvaguardándose. De este modo malgasta toda la vida.
He oído contar una historia de un monje zen:
Estaba en su lecho de muerte. Había llegado su último día y anunció que esa noche dejaría de existir.
Sus seguidores, sus discípulos y sus amigos empezaron a llegar. Había mucha gente que le quería, y todos
fueron; llegaban desde lugares lejanos.
Cuando uno de sus discípulos oyó que el maestro se iba a morir, fue corriendo hasta el mercado. Al-
guien le preguntó: El maestro se está muriendo en su cabaña, ¿por qué vas al mercado?
El viejo discípulo le dijo: A mi maestro le gusta un tipo de tarta determinado, voy a comprársela.
Le costó mucho encontrar la tarta, pero al atardecer lo consiguió. Volvió corriendo con la tarta.
Todo el mundo estaba preocupado, parecía que el maestro estuviese esperando a alguien. Abría los
ojos, miraba, y los volvía a cerrar. Cuando llegó su discípulo le dijo: Muy bien, así que has venido. ¿Y
dónde está la tarta , El discípulo sacó la tarta y estaba feliz de que el maestro se la hubiese pedido.
Muriendo, el maestro levantó la tarta con las manos... pero la mano no estaba temblando. Era muy
viejo, pero no te temblaba la mano. Alguien le preguntó: Eres muy mayor y estás a punto de morir. Pronto
te abandonará el último aliento, sin embargo, no te tiembla la mano.
El maestro dijo: Nunca tiemblo porque no tengo miedo. Mi cuerpo se ha hecho viejo pero yo sigo
siendo joven, y seguiré siendo joven cuando este cuerpo se haya ido.
Entonces le dio un mordisco y empezó a masticar la tarta. De repente, alguien le preguntó: ¿Cuál
es el último mensaje, maestro? Pronto nos dejarás. ¿Qué quieres que recordemos?
El maestro sonrió y dijo: Ah, esta tarta está deliciosa.
Ésta es una persona que vive aquí y ahora. Esta tarta está deliciosa. Hasta la muerte carece de rele-
vancia. El momento siguiente es insignificante. En este momento la tarta está deliciosa. Si puedes estar en
el momento, en el momento presente, actual, plenamente, entonces podrás amar.
El amor es una flor especial. Sólo florece algunas veces. Hay millones y millones de personas que vi-
ven con una falsa actitud de enamoramiento. Creen que aman, pero sólo es una creencia.
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Osho Coraje La alegría de vivir peligrosamente
El amor es una rara flor. Sucede a veces. Es rara porque sólo puede existir cuando no hay miedo, y
no de otra forma. Eso quiere decir que el amor sólo le puede suceder a una persona profundamente espiri-
tual, religiosa. El sexo es posible para todo el mundo. Los vínculos son posibles para todo el mundo. El
amor no.
Cuando no tienes miedo no hay nada que esconder, puedes estar abierto, puedes retirar las barreras.
Y después puedes invitarle al otro a entrar hasta tu centro más profundo.
Recuerda, si le permites a alguien que te penetre profundamente, el otro también permitirá que le pe-
netres, porque si le permites penetrar a alguien, surge la confianza. Cuando tú no tienes miedo, los demás
no tienen miedo.
En tu amor siempre hay miedo. El marido tiene miedo de la esposa, la esposa tiene miedo del mari-
do. Los amantes siempre tienen miedo. Eso no es amor. Sólo es un acuerdo entre dos personas miedosas
que dependen el uno del otro, pelean, explotan, manipulan, controlan, dominan, poseen, pero no es amor.
Si puedes conseguir que haya amor, la oración no será necesaria, la meditación no será necesaria,
las iglesias ni templos no serán necesarios. Si puedes amar podrás olvidarte de Dios completamente, por-
que por medio del amor te sucederá todo: la meditación, Dios, te sucederá todo. Eso es lo que quiere decir
Jesús cuando dice que el amor es Dios.
Pero el amor es difícil. Primero tienes que perder el miedo. Y esto es lo extraño: tienes mucho miedo
pero no tienes nada que perder.
El místico Kabir dijo una vez: «Miro a las personas... tienen tanto miedo aunque no sé por qué, por-
que no tienen nada que perder. Es como alguien que está desnudo y no se baña en el río porque tiene
miedo: ;¿Dónde secará la ropa?» Ésta es la situación en la que os encontráis; estáis desnudos, sin ropa,
pero siempre os estáis preocupando de la ropa.
¿Qué vas a perder? Nada. La muerte se llevará este cuerpo; antes de que se lo lleve la muerte, en-
trégaselo al amor. Serás despojado de todo lo que tienes; antes de quedarte sin ello, ¿por qué no lo com-
partes? Ésta es la única forma de poseer algo. Si puedes compartir y dar, eres un maestro. Vas a quedarte
sin ello, no hay nada que puedas tener para siempre. La muerte lo destruirá todo.
Si me comprendes correctamente, la lucha es entre la muerte y el amor. Si puedes dar, no morirás.
Antes de ser despojado de nada, ya lo habrás dado, lo habrás regalado. No morirás.
La muerte no existe para el que ama. Para el que no ama, cada momento es una muerte, porque en
cada momento le están arrebatando algo. Desaparece el cuerpo, lo está perdiendo con cada momento.
Luego llegará la muerte y lo aniquilará todo.
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